En todo el mundo, se niega el acceso al trabajo y a la formación a millones de mujeres y de hombres que perciben bajos salarios, o se ven limitados a determinadas ocupaciones, simplemente por razones basadas en su discapacidad, etnia, condición indígena o tribal, raza, religión, sexo, orientación sexual, identidad de género, opinión política o de otra índole, o infección real o supuesta con el VIH/sida real u otras enfermedades. La discriminación que sufren ciertos grupos, como las mujeres, las minorías étnicas o raciales, y los migrantes en el mundo del trabajo los hace muy vulnerables a la explotación y los abusos, por ejemplo, al trabajo forzoso. Frente a la imposibilidad de acceder a empleos decentes, los padres de minorías étnicas suelen verse obligados a recurrir al trabajo de sus hijos para poder sobrevivir. Sin embargo, la discriminación puede manifestarse de muchas formas y suele ser sutil e insidiosa, socavando la dignidad y el futuro de los pueblos. La discriminación impide